Dedicado a nuestros guías ocasionales

Han sido varias las ocasiones en las que, a nuestros "guías" ocasionales durante los viajes que AEGEE-León organiza, se les ha llamado la atención en distintos lugares.

No porque lo estuvieramos haciendo espectacularmente bien... Ni lo pretendemos, ni aspiramos a ello, ni estamos preparados. Somos simplemente un grupo de estudiantes de la Universidad de León que intenta hacer una serie de actividades destinadas a otro grupo de estudiantes visitantes en nuestra universidad. No somos guías profesionales, ni pretendemos imitarlos, y quizás por eso nos molesta especialmente cuando se nos acerca el personal de seguridad de museos o monumentos para comunicarnos que si no somos guías, no podemos explicar nada a nadie.

Sin ir más lejos, el año pasado me ocurrió a mi durante el viaje a Andalucía, y hace sólo unos días a Ainoa durante el viaje a Lisboa. Además, este verano, personalmente pude disfrutar de un trabajo para la Diputación de León, en el que mi tarea consistía en abrir y cerrar un monumento situado en el Camino de Santiago... y ahí se acababan mis obligaciones. A pesar de mi condición de estudiante de Doctorado de Historia del Arte, no se me permitía hacer ningún comentario o ninguna explicación a los visitantes ocasionales. ¿Por qué? Porque no tengo carné de guía. Y no pretendo tenerlo, porque no pretendo vivir de ello.

¿Pero acaso está prohibido en este país explicarle a tus amigos qué están viendo? ¿Libertad de expresión? ¿Y si además es una materia que está perfectamente dentro de mi licenciatura, no podría hablar con relativa propiedad? Además se dan paradojas, como que en muchos monumentos, cuando solicitamos guías siempre que sea posible, en muchas, demasiadas ocasiones, (porque la verdad es que es casi siempre, en casi todos los sitios), no hay guías disponibles, ya sea porque no tienen, o por que es festivo y los guías son alumnos de Turismo en prácticas y ese día no trabajan.... ¿y yo no les puedo explicar nada a mis compañeros?
Lo peor de todo es que efectivamente, con la legislación en la mano es así; sencillamente, nuestros guías ocasionales, pueden ser denunciados. Pero a pesar de ello, no dejaremos de seguir contestando a la curiosidad de nuestros compañeros cuando los llevamos de viaje.
Toda esta disertación he decidido publicarla hoy en nuestro blog, porque hemos encontrado un artículo de Arturo Pérez-Reverte, periodista, escritor y no sé cuántas cosas más, en el que denuncia precisamente esta misma situación. Os adelanto algunas perlas:


"Visito con frecuencia el Escorial. Desde hace veinticuatro años vivo cerca, y es un paseo agradable, sobre todo en las mañanas soleadas de invierno, cuando el monasterio se recorta impasible bajo el cielo limpio de la sierra, sin que la especulación, la estupidez urbanística o la bellaquería nacional hayan podido, todavía, destruir los cuatro siglos de memoria que encierran sus muros venerables de granito gris"[...]
"Como siempre hay gente y visitas guiadas que van de acá para allá, intento ir los días y horas de menos bulla, evitando a los grupos mediante maniobras tácticas perfeccionadas a lo largo de los años. También, a la hora inevitable de las explicaciones, procuro hablar en voz baja, de conversación normal, para no molestar ni incomodar a nadie. Ni se me ocurre darme aires de guía o profesor, entre otras cosas porque nada carga más que un listillo o un pedante dándoselas de perito en la materia. Me limito a contar a mis amigos, con toda la sobriedad posible, que aquí dormía el rey, aquí la reina, o que ésta es la estatua yacente de don Juan de Austria, que por no morir en combate tiene los guanteletes quitados, etcétera".
"Y estando en eso, en la cripta, justo cuando les explicaba que a un lado están los reyes y a otro las reinas que fueron madres de reyes, incluida la única reina varón [...] un vigilante jurado se acercó a preguntarme si tenía carnet o tarjeta de guía. Le dije, sorprendido, que no tenía nada que me acreditase como parte de tan respetable gremio, y el hombre [...] me dijo que en tal caso no podía explicar a nadie cosas sobre el monasterio. «Sólo los guías oficiales –añadió– pueden hablar aquí.» "
En vista de que al mismísimo Arturo le llaman la atención, nada más vamos a decir nosotros, pero como él, tampoco nos vamos a callar.
Podéis leer el artículo entero aquí.
Isidro Yebra Prada.
Presidente AEGEE-León

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡Estáis los mejores guías del mundo!
Anónimo ha dicho que…
Mola, Isidro, mola mucho!!