Burgos - Bilbao - Santander

La verdad es que ya va a hacer casi un mes que hicimos este viaje, y aun estoy escribiendo el resumen. Se podría pensar que ya me he olvidado de lo que pasó, pero de verdad creo que tanto este viaje, como tantos otros y todo lo que he vivido este año con Aegee y los erasmus, no lo voy a olvidar en toda mi vida…

Había una vez un grupo de estudiantes Erasmus que decidió viajar con Aegee León para conocer las encantadas ciudades de Burgos, Bilbao y Santander. El viaje comenzó con algo de retraso, pero con toda la ilusión de siempre! Vámonos!

El camino de ida, era justamente eso: El Camino. Recorrimos el Camino de Santiago pero en dirección contraria. León Burgos pasando por Sahagún, Carrión de los Condes… Algunos de los chicos aun me recuerdan a veces la historia que contamos sobre la gente de la edad media que tiraba los cerdos al río para pescarlos y evitar la prohibición de comer carne durante la Cuaresma en Sahagún.

Nuestro primer destino, ya en Burgos era El Monasterio de las Huelgas, allí nos esperaba Víctor, nuestro guía del día. En el monasterio de las Huelgas una guía nos explicó la historia del monasterio, y un poco de la historia del reino de Castilla (cuando al final nos preguntó de dónde éramos, nos dijo que ahora entendía nuestras risas en algunos momentos, como por ejemplo cuando nos explicó como todos los reinos cristianos lucharon en la batalla de las Navas de Tolosa, menos el reino de León porque estaban enfadados con el de Castilla…).

Más tarde nos esperaba el centro de la ciudad y su magnífica catedral (alguno se quedó sin comer por decir que era más bonita que la de León, en fin, gente sin criterio…). Datos que nos llamaron la atención: la cantidad de cosas que habían destrozado las tropas de Napoleón, y un libro que estaba hecho con la piel de fetos de ternero, es decir, para cada hoja morían una vaca y su feto, y no veáis que gordo era el libro…mejor no pensarlo.


Después de comer subimos al castillo, a pleno sol (algunas chicas ya empezaban a enrojecer, como se comprobó posteriormente, el sol no es bueno en los meses con “R”). Una vez allí contemplamos las vistas de Burgos, y bajamos al pozo. Genial, con sus trampas, peligros…imposible no imaginar una persecución subterránea…(ver video en youtube.com sobre el viaje). De Burgos a Bilbao para dormir.

Llegamos al albergue de Bilbao (muy recomendable, si incluso te hacen la cama…). Nuestra mujer en Bilbao era Ana María. El bus nos llevaba al centro en algunas ocasiones…A partir de ahí, cada uno comía como podía: kebab, tapas, chino, bocata…Después nos encontramos para tomar algo y salir de fiesta! Primer inconveniente: el albergue habría a cada hora y no entre las 4 y las 6 (o algo así, la memoria si que me falla a veces, no se porque…). Pero bueno, lo pasamos como casi siempre, genial! (en mi modesta opinión claro).

A la mañana siguiente, y como corresponde en estos viajes, sin piedad para los dormilones, empezamos a conocer Bilbao. Lo primero subimos al puente de Portugalete. Impresionante estructura que permite cruzar de un lado a otro de la ria sín entorpecer el tráfico marítimo. Muy divertido también la forma de cruzar, y a alguno que otro nos dio algo de impresión subir tan arriba, aunque mereció la pena el miedo de la subida. Cruzamos andando por la plataforma superior y volvimos en la “cosa colgante que cruza”.

Después de esto fuimos a Bilbao. También en mi modesta opinión digamos que no tenía ese Factor X que hace a las ciudades impresionantes. Pero vimos el centro (que algunos ya habíamos intuido la noche antes) las calles paralelas, el teatro…y por supuesto esa tarde el Guggenheim (gugenjein gugenjain gugenaim o como queráis llamarlo…). Un edificio increíble, el perro precioso, la araña…bueno, digamos que realista. El interior, pues eso ya depende de lo que te guste el arte moderno, aunque debo decir que con las audioguías todo era muchísimo mejor.


Por la noche otra vez a cenar a la ciudad y después algunos valientes se quedaron un domingo en una ciudad desierta (eso nunca pasaría en León) hasta que encontraron un grupo de bares que inundaron de espíritu erasmus-aegee…

El último día, y que muchos esperábamos con incertidumbre: se mantendría el buen tiempo para ir a la playa? La guía de este día era Blanca. Aunque contamos con una guía profesional también en este caso que nos enseñó Santander desde el bus. Los ferry que van a Inglaterra, la catedral, las casas estilo Belle Epoque, la central del Banco Santander…También el palacio de la Magdalena, donde vimos las salas de reuniones, el salón que utilizan para las bodas, las habitaciones de los reyes y príncipes (no las que utilizan realmente, pues están cerradas al público)…y las bonitas vistas desde la península de la Magdalena. Después fuimos al faro, con unas magníficas vistas y un monumento en memoria a los caídos en la guerra.



Después a la playa, a ponernos morenos, bañarnos, dormir la siesta…lo que queramos, era abril y la playa era nuestra!...


Y como siempre, otra vez a casa, a León. Y digo “a casa”, porque en eso espero que se haya convertido la ciudad para muchos, y espero que así sea siempre, que todos regreséis “a casa” alguna vez, donde aquí estaremos muchos de nosotros, vuestra familia de Aegee.

Ainoa Martínez Arteaga, socia numeraria de Aegee,

a veces guía, pero para vosotros, siempre amiga.

Comentarios